Nuestra vida es una pasantia de privilegios que no debemos obviar en ningún momento, porque cada privilegio requiere de nuestra plena atención, comprensión y un ingrediente que le dará vida y sentido a todo lo que hacemos constantemente. Y ese ingrediente es la pasión que fluye de nuestro ser, de nuestros anhelos, de nuestra esperanza y sobre todo del poder de nuestra fe que puede alcanzar hasta lo que parecía imposible...
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